Hay un lugar en donde la luz no llega,
donde tus dedos no tocan,
donde la vida no alcanza.

Un hogar fundado en lo perdido.

Debes tener cuidado al alzar la mano lejos de donde estamos,
allá a donde ya no somos.
Saber que chupa la ida
y a la vuelta el peso pesa.

Dicen que de tanto ir un hombre perdió las ganas,
y súbitamente su cuerpo floto sobre un río.
Estuvo demasiado tiempo allá,
distante de la silla y de la buena cama.

He llenado mis ojos de humos
y la paz se esta arrancando de mi habitación.

Átame los pies a una roca,
hoy no me quiero ir.

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